¿Por qué pensamos que este espacio no estaba ocupado y que podíamos aportar aspectos positivos en el ámbito asistencial de nuestro país? Aquí quizás la respuesta deba ser un poco más larga y compleja:
Aunque esta sociedad la hemos formado farmacéuticos comunitarios, esta no tiene como finalidad circunscribirse a un determinado estamento profesional, que ya de por sí tiene una sociedad científica, sino que pretende conformarse en torno a una determinada práctica asistencial. De ahí que lo que nos hizo conocernos fue, además de ejercer en farmacias comunitarias, el hecho de que estábamos convencidos de que optimizar la farmacoterapia de los pacientes, mediante los procedimientos asistenciales del seguimiento farmacoterapéutico, era una práctica asistencial necesaria para los pacientes y que podía contribuir a mejorar la salud pública del país en el que vivimos.
Intentamos desde el principio abrirnos a otros profesionales y a los pacientes aunque somos conscientes de que en este país, los profesionales de la salud somos por lo general muy gremialistas, y va a ser difícil que otros farmacéuticos, otros profesionales de la salud e incluso otros profesionales, se acerquen de manera decidida y se sientan parte de SEDOF. Pero por nuestra parte no va a quedar y seguiremos luchando por ello. Porque nuestro foco es el paciente y una determinada práctica asistencial y hoy, estas son tan complejas, que exigen un abordaje multidisciplinar que nunca podríamos dar respuesta por nosotros mismos al reto que nos hemos propuesto. Aún así, pondremos todo nuestro empeño si ello no es posible.
Pretendemos acoger a otros farmacéuticos asistenciales como los de hospital o los de atención primaria que crean y peleen esta práctica asistencial. Y al igual que con nosotros, bajo la exigencia de que una práctica como esta debe realizarse junto al paciente, atento a sus experiencias, creencias y actitudes, y evaluando integralmente todas sus necesidades farmacoterapéuticas. Repito: todas sus necesidades farmacoterapéuticas, todas. Para alcanzar objetivos terapéuticos definidos, que garanticen un uso adecuado de los medicamentos y conseguir la efectividad de los medicamentos al mínimo costo, sin producir eventos no deseados por paciente ni por el profesional.
También nos gustaría integrar a quienes tienen la responsabilidad docente de esta práctica asistencial. Por ello, profesores universitarios que se enfoquen en la práctica también son bien recibidos. Porque hacer realidad una práctica no es solo una cuestión de tener profesionales asistenciales, sino que se conforme todo lo necesario para que esa práctica tenga estabilidad y evolucione. Y para ello, la docencia y la investigación son esenciales, tanto para diseñar un modelo de formación para esta práctica, como para que la investigación sirva a la mejora continua.
Pero también deseamos que estén con nosotros y nos acompañen en este proceso otras profesiones de la salud. El modelo médico- centrista de la atención sanitaria es actualmente un muerto en vida. Ya no se puede continuar por ese camino, en beneficio de los pacientes que sufren de ello y de los médicos que necesitan de ayuda. Nuestra práctica asistencial es un modelo que apuesta por la atención primaria y por la integración multidisciplinar. Por tanto, defiende la salud pública. Por eso queremos que estén también en SEDOF médicos, enfermeras, psicólogos, etc, que crean que trabajar juntos y tener el apoyo de profesionales que evalúen de forma integral la farmacoterapia, y aporten la mirada específica hacia el problema de salud desde la complejidad farmacoterapéutica, es de utilidad.
Aun así, solo profesionales de la salud entendemos que no es suficiente. También hemos pensado en otros profesionales y en los pacientes que reciben esta práctica asistencial.
La legislación que hay sobre seguimiento farmacoterapéutico o atención farmacéutica en España es muy pobre. Aunque hay referencias legislativas desde 1997, en estos quince años nada se ha hecho por desarrollarla. Una legislación justa en nuestro caso, sirve para garantizar que una determinada práctica asistencial tiene unos estándares mínimos, está al servicio de la sociedad y permite ser reconocida tanto por quienes la ejercen como por quienes se benefician de ella: pacientes y resto de profesionales. También permite diferenciar al buen del mal profesional, protegiendo a quien la ejerce con honestidad frente al que no la ejerciese.
Por esta razón, precisamos que se unan a nosotros expertos en leyes que nos ayuden a transitar por el camino que necesitamos recorrer para el reconocimiento de esta práctica asistencial y su inclusión en la cartera de servicios asistenciales que ofrecen las instituciones prestadoras de salud, en el caso de España el estado y las aseguradoras privadas.
Pero también precisaremos de informáticos que nos ayuden a documentar la práctica y de cualquier otra profesión que crea que esta práctica es beneficiosa y que puede contribuir a que algún día, más pronto que tarde, sea una realidad.
Y qué decir de los pacientes que conozcan la práctica y se hayan beneficiado de ella. O que crean que su derecho a la salud que marca la Constitución española pasa también por recibir servicios de optimización de la farmacoterapia cuando se precisen.
Quizás la respuesta a esta pregunta antes enunciada haya sido más larga de lo deseable. Pero en los inicios creo que es muy importante dejar claro qué pretendemos y por qué lo hacemos. Que logremos dar buena respuesta a estas preguntas es una tarea complicada, en la que todos los que estamos y los que se vayan integrando, nos deberemos aplicar con perseverancia, ilusión y tenacidad.
Nos hemos propuesto darle un giro al escenario de lo que se ha venido en llamar seguimiento farmacoterapéutico en este país, término al que la falta de práctica y consecuente distorsionamiento de sus objetivos, está dejando vacío de contenido. Somos conscientes de que cualquier término se vaciará también de contenido si no se le dota de la práctica real. Por eso solo queremos centrarnos en la práctica real.
En España, la palabrería ha hecho mucho daño a esta práctica asistencial. La discusión sobre temas que son accesorios y la ausencia de debate sobre aspectos fundamentales, también. No queremos seguir por ese camino, de ahí que, sin renunciar a tener un discurso público firme, no lo haremos desde otra perspectiva que no sea el duro camino de hacer que esta práctica sea una realidad.
Y el discurso no solo será en los ámbitos internos de la profesión farmacéutica, sino también en la política con mayúsculas. Porque esta práctica no está al servicio de la regeneración profesional del farmacéutico. Esta práctica está al servicio de la salud pública de nuestro país, disminuye costes económicos, salva vidas, evita sufrimiento a la población. No es en nuestro interés sino en el de todos. La pelota no está en el tejado de una profesión sino en la de un estado que a través de sus estructuras sanitarias, pretende garantizar a sus ciudadanos el derecho a la salud.
El reto es demasiado grande como para andarse con menudencias endogámicas. En SEDOF tenemos los brazos abiertos a la colaboración, y el grito en la garganta para hacer ver que hoy mismo, un mes después de nuestro nacimiento como sociedad científica, en medio de una crisis brutal que atenaza a los miedosos y los mediocres, podemos seguir luchando y trabajando por poner nuestro granito de arena a una sociedad con más salud, pero también más humana y más justa. Y ojalá sirva para que quienes creen en esto, sean del país que sea, tengan en esta idea el apoyo necesario para iniciar ese camino.
Manuel Machuca González
Presidente de SEDOF
Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.